Taller de escritura en Caballito sabados domingos

Era el profesor Salzman (hoy lamentablemente fallecido, me enterè el otro
dìa: me anoticiò el profesor de Mùsica Diego Harztein)
quien nos daba las clases de mùsica por las mañanas de invierno
o de verano
en el Mariano Acosta.

Despuès,
me iba a la biblioteca a profundizar sobre algunos temas: por ejemplo,
Wagner y sus leitmotiv, en unos libros sobre mùsica clàsica que
con suma atenciòn
me acercaba amablemente la señora bibliotecaria
(algunos años despuès digamos 15
pasè por la biblioteca y ella continuaba allì:
me recordaba lejanamente).

Despuès estaban las bibliotecarias del IUPFA:
que bien me atendìan aquellas amables señoras,
uno siempre agredece el buen trato,
Janacek mediante.

Tambièn recuerda lamentablemente incluso con cierto odio, los malos
tratos, el mal trato, el destrato, el mal rato
pasado.

Todo forma parte de la vida: tambièn el mal,
la maldad, el malditismo, el miserabilismo.

Los mal educados que no saludan incluso o en especial en la escuela
o no responden el saludo
o saludan de muy mala manera
y
si son denunciados por ello
se hacen los ofendidos.

Lo sè por experiencia propia:
discursean sobre violencia de gènero y otras aùn
pero cuando hay o se produce un caso concreto
no hacen absolutamente nada (el subrayado es mìo)
repito: no hacen absolutamente nada.

Doble o triple discurso
que le dicen.

No ofrecen ningùn argumento legal o jurìdico al respecto
salvo que ellos son los señores directivos
y haràn lo que ellos quieran o decidan.

Màs que discrecionalidad es pura y simplemente arbitrariedad
ya que no esgrimen absolutamente ningùn argumento vàlido
mientras la joven novia del señor director (ya entrado en años)
espera impaciente en direcciòn
mientras sorbe un cafecito.

O sino lo espera en el auto del señor director
estacionado exactamente
a la vuelta de la esquina
mientras se entretiene estudiando
el telèfono celular
u observando con esmerada atenciòn como hipnotizada
absolutamente obnubilada
videitos totalmente idiotas
que en toda la faz del planeta
come y carcome los cerebros de una gran parte
de la poblaciòn mundial.

Es, si no me equivoco, el reinado de la estupidez universal.

Me importa un bledo todo: yo escribo pseudopoemas
mientras escucho la
Misa Glagolìtica.

Vàyanse al diablo infelices,
mètanse bien en el orto
sus noticieros
sus estùpidos programas de chimentos
toda su mierda mediàtica
toda vuestra bosta massmediàtica.

A mì dèjenme solo
con la